Los ajustes en la regulación de las comunicaciones publicitarias han puesto coto a estas prácticas abusivas. Durante los primeros años de la pasada década, las reclamaciones por SPAM se llegaron a incrementar casi un 150%, síntoma de que el problema cada vez iba a peor.
Desde que los dirigentes de Consumo crearon una normativa capaz de limitar las comunicaciones hacia los consumidores, las llamadas publicitarias han visto reducido su volumen. No obstante, lejos de desaparecer, las agencias de publicidad todavía consiguen eludir los filtros aplicados y bordear la legislación vigente en materia de publicidad.
La ley de Consumo y la tarificación de las llamadas con prefijos especiales
En materia de SPAM, la legislación vigente es la que se logró asentar en los últimos compases del mandato del último gobierno conservador. La reforma de la Ley de Consumo, que recogió la propuesta de CiU de prohibir por completo la emisión de llamadas de SPAM los fines de semana y crear un horario fijo entre semana para recibir estas llamadas, es la que actualmente se encuentra en vigor y recoge unos horarios muy estrictos en materia de publicidad telefónica.
Así las cosas, los fines de semana queda terminantemente prohibido enviar ningún tipo de comunicación publicitaria por teléfono para no comprometer el descanso de los ciudadanos. Además, de lunes a viernes el horario está acotado a unas franjas horarias determinadas: entre semana quedan prohibidas desde las nueve de la noche hasta las nueve de la mañana, y no cabe excepción a esta clasificación horaria.
Esta Ley de Consumo es la respuesta de las instituciones al desmesurado volumen de llamadas que los ciudadanos españoles recibían hasta hace pocos años a cualquier hora del día. Y el problema se agrava porque no resulta sencillo identificar el origen de las llamadas, ya que los números van mutando y cada vez se utilizan más teléfonos que varían su prefijo, pero sirven al mismo fin.
Además, esta ley contempla una agilización en el procesamiento y tramitación de las reclamaciones derivadas de la recepción de estas llamadas, lo que tiene como finalidad ayudar a los consumidores a obtener una solución por parte de las operadoras de telefonía para evitar recibir estas llamadas publicitarias. Esta medida, sin embargo, recoge el envío de facturas en papel a no ser que el cliente indique expresamente lo contrario, lo que va en contra del principio ecológico de reducir el consumo de papel innecesario.
Efectividad parcial de las medidas antispam
En su momento, las asociaciones de consumidores dieron el visto bueno a la nueva normativa, pero se mantenían escépticas ante su efectividad. Y es que, hasta la aprobación de la nueva Ley de Consumo, sobre el papel ya existía una prohibición que impedía a las empresas enviar comunicaciones comerciales a los consumidores que no habían dado su consentimiento.
El no cumplimiento de estas medidas originó una oleada de escepticismo entre quienes pensaban que las nuevas leyes iban a suponer una prohibición total del SPAM, aunque sí es cierto que han resultado más eficaces, sí, aunque no infalibles, como unas partes y otras pensaban.
En realidad, en la actualidad las reclamaciones por llamadas SPAM se realizan en menos tiempo de media, aunque el problema de fondo, aunque mitigado, sigue sin desaparecer por completo. Las principales agencias de publicidad que se dedican a adoptar estrategias invasivas para enviar sus comunicaciones continúan aprovechando los resquicios de la legislación que les permite modificar su número de teléfono, crear sistemas de prefijado automático en las llamadas o incluso ocultar su procedencia.
No obstante, pese a la lacra que supone el SPAM debido a la dificultad que tienen las autoridades para determinar la procedencia de estas llamadas, el volumen medio de comunicaciones telefónicas se ha visto reducido y el porcentaje de denuncias tramitadas en relación con las llamadas comerciales se ha visto sensiblemente reducido. Por tanto, en realidad el objetivo de las nuevas leyes se ha cumplido, aunque parcialmente.
En conclusión: ¿cuándo no debo recibir llamadas publicitarias?
La ley es clara al respecto e impide a las empresas realizar llamadas comerciales desde las 21 horas hasta las 9 horas entre semana, lo que garantiza las horas de descanso de todos aquellos ciudadanos que deben atender sus compromisos matutinos.
Por lo que respecta al fin de semana, queda prohibida cualquier tipo de comunicación telefónica de carácter comercial en cualquier momento. Sin embargo, a pesar de que la prohibición está ratificada, esta solo incluye el canal telefónico por considerarse el más invasivo y sobre el que mayor control pueden tener las autoridades.
Esto quiere decir que el spam por otros canales puede circular libremente y que no es posible acotar la emisión de contenidos comerciales por correo electrónico, blogs o incluso SMS. En este sentido, lo más aconsejable es bloquear las direcciones de e-mail y los números emisores de mensajes de texto para tratar de paliar las molestas consecuencias del envío indiscriminado de comunicaciones publicitarias por los canales electrónicos.