Mucho cuidado con las llamadas perdidas de números internacionales

Una de las principales estafas telefónicas que se llevan a cabo a nivel mundial es el timo de las llamadas internacionales. Es urdido por organizaciones o empresas opacas que se lucran a costa de provocar un coste inflado de la llamada haciendo que descuelgue el teléfono un ciudadano de otro país, normalmente de otro continente con el fin de aumentar el coste de la llamada.

Cómo puede afectar la tarificación especial a la factura

Este tipo se basa en el principio de cobrar más a los usuarios que realicen una llamada internacional, especialmente cuando hablamos de continentes distintos. Estas llamadas por sí mismas no son ilegales, puesto que es sabido por todos los consumidores que cualquier llamada que se haga a otro país acaba teniendo un precio sensiblemente más elevado, y se cobra tanto a quien realiza la llamada como a quien la recibe.

Por esa razón, las autoridades han indicado a los ciudadanos que no descuelguen el teléfono ni devuelvan la llamada en caso de recibir una llamada sospechosa de otro país, sobre todo si procede de países africanos o de Oriente Próximo. ¿La razón? Existen organizaciones que se dedican a urdir planes para mantener al teléfono a los usuarios con el fin de encarecer el importe de la llamada, y en muchos casos esto sucede sin que el afectado tenga constancia del problema hasta que llega el momento de pagar la factura.

Mediante el uso de grabaciones o interlocutores automatizados, estas bandas utilizan el desconcierto que siente la víctima para retenerla al teléfono, lo que hace aumentar el importe en la factura. Este importe, al derivarse de una llamada que sí se ha realizado, resulta complicado de reclamar, aunque al interponer una denuncia contra estos hechos y dejar constancia en las principales asociaciones de consumidores, es posible que los operadores bloqueen temporalmente la facturación de esa llamada.

El Cuerpo Nacional de Policía, a través de su cuenta de Twitter, ha señalado los prefijos 225 (Costa de Marfil), 233 (Ghana), 234 (Nigeria), 355 (Albania) y 387 (Bosnia) como los principales puntos de origen de las llamadas que derivan en estafas. Desde estos países se realizan casi todas las llamadas con fines maliciosos a usuarios de todas partes del mundo, incluidos países de la Unión Europea.

Cómo se puede evitar caer en la trampa

En caso de recibir una llamada con alguno de estos prefijos, nunca coger el teléfono a no ser que realmente conozcamos a alguien que vive allí y que sepamos de antemano que quiere contactar con nosotros. Los smartphones más avanzados muestran el país de origen en pantalla al usuario, lo que puede ser de ayuda para identificar llamadas maliciosas.

Con el fin de evitar caer en la trampa, lo mejor es bloquear estos números de teléfono tanto si recibimos una llamada de estos países como si nos encontramos con una llamada perdida en nuestra agenda.

Es importante no contestar al teléfono ni devolver la llamada. En las llamadas internacionales, el establecimiento de llamada se paga y su importe es realmente elevado, algo que se puede evitar con tan solo no llamar al teléfono en cuestión.

Lo más recomendable es dejar sonar el teléfono, no descolgar y, si se hace por error, colgar de inmediato en cuanto el afectado se percate de que puede estar ante un caso de este tipo. Así, al menos, el importe de la llamada puede verse reducido. Dicho de otro modo: cuelga cuanto antes para minimizar daños y evitar tener que hacer frente a una factura desmesurada.

Qué dicen las operadoras ante el auge de las reclamaciones por estafas

Las estafas de las llamadas internacionales no paran de crecer y los operadores de telefonía españoles ya se han pronunciado acerca de esta lacra. A pesar de que es un importe que se puede reclamar, en estos casos las operadoras están atadas de pies y manos en un principio porque el importe corresponde a una llamada que sí ha sido realizada, lo cual descarta un error en la factura, y por otro lado el hecho tanto de descolgar como de llamar es un gesto voluntario, por lo que no se puede alegar fallo de ningún tipo.

Esto pone al consumidor en una situación delicada que, más allá de interponer una denuncia ante las autoridades competentes, se enfrenta al corte de suministros de comunicación por el impago de la factura si se niega a abonarla.

En estos casos, la intermediación de asociaciones de consumidores puede ser elemental para acercar posiciones y acordar una solución que satisfaga a las partes. No olvidemos que el operador, en este caso, solo cobra el importe de una llamada realizada que está estipulado por la normativa europea, y el usuario es la parte afectada porque se le exige el pago de un contenido cuyas consecuencias realmente podía no saber.

Una solución que puede resultar útil para demostrar la estafa es grabar la llamada. Mediante la grabación se puede demostrar que el interlocutor ha podido utilizar artimañas para retener al afectado al teléfono y evitar que cortase la llamada, lo que demostraría la voluntad de los estafadores de conseguir el mayor volumen de beneficios posible mediante artificios que prolongasen la duración de la llamada.

Estas grabaciones, al margen de que puedan ser en el futuro consideradas como prueba o no, demostrarían los ardides de los estafadores por intentar sonsacar la mayor cantidad de beneficios posible, lo que podría provocar que la compañía teleoperadora considerase la paralización momentánea de la facturación de la llamada internacional o agilizar la tramitación de las reclamaciones.

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