Qué es una llamada spam

Seguro que alguna vez has recibido una llamada de buenas a primeras en la que un simpatiquísimo interlocutor intenta convencerte de que debes contratar un determinado producto sobre el que ni tan siquiera has pedido información. Se trata de una llamada spam, un tipo de comunicación enormemente molesta que no es exclusiva de este método de comunicación, pero que comparte las mismas características: hacer al consumidor partícipe de un mensaje publicitario sin su consentimiento expreso, invadiendo sus principales canales de comunicación e insistiendo en el tiempo mientras su respuesta no sea distinta.

La sofisticación de las plataformas de mensajería permite en la actualidad bloquear y redirigir estos correos a una carpeta específica de spam, pero en el caso de las llamadas telefónicas únicamente se pueden ignorar o, en su defecto, bloquear. Lo que, sin embargo, no asegura volver a recibir más llamadas de este tipo. Pero, ¿qué es una llamada de spam exactamente y cómo puede evitarse o, al menos, reducirse el grado de intrusismo que practican?

Qué son las llamadas spam y cuál es su objetivo

Una llamada de spam es toda llamada hecha sin el consentimiento expreso del receptor para hacerle conocedor de un mensaje publicitario. Normalmente, estas llamadas se caracterizan por su fuerte componente comercial y por ser de las que más molestas resultan debido a su insistencia y al nulo interés que normalmente despiertan en la mayor parte de los consumidores. Los avances en tecnología permiten bloquear estos mensajes a través de los principales canales de comunicación, aunque en el caso de una llamada de spam, por desgracia, el consumidor dispone de menos opciones.

Lo molestas que son las llamadas de spam es uno de los motivos por los que en la actualidad están tan estigmatizadas y toda comunicación comercial es cortada de inmediato. Son descaradamente intrusivas, se ponen en contacto con el destinatario a cualquier hora del día y no suelen reaccionar ante las negativas del consumidor. Y eso cuando el interlocutor es una persona, porque cada vez más empresas dedicadas al expansionismo publicitario, que ven aumentar sus ingresos conforme expanden ciertas campañas a través de las líneas telefónicas, recurren a plataformas electrónicas incapaces de ofrecer al consumidor la opción de interrumpir la comunicación.

Pero, ¿qué hay detrás de estas llamadas? Las grandes empresas dedicadas a la expansión de mensajes publicitarios y a las ventas telefónicas son las responsables de que estas llamadas se produzcan. Y, ¿de dónde han conseguido tus datos? La pregunta es tan legítima como difícil de digerir es su respuesta. Seguro que has oído hablar de los metadatos y de la venta de información de las grandes corporaciones. Aunque las transacciones comerciales de gigantes como Facebook, Google o Amazon permanecen en secreto por motivos de seguridad, es de suponer que buena parte de los ingresos proceden de la publicidad y de la venta de información de usuarios, un movimiento tan sorprendente como inevitable en un mundo enteramente digitalizado.

Pero estas corporaciones no son las únicas que han podido tener un papel fundamental en la adquisición ilegítima (que no ilegal, por ahora) de estos datos: las filtraciones por la red, el hackeo de plataformas de venta y organismos oficiales y los escasos filtros de privacidad que caracterizan a algunas aplicaciones también pueden estar detrás de este masivo intercambio de datos, según los expertos. Algo que, por desgracia, resulta muy difícil de evitar.

Ante su insistencia, bloquear y denunciar es la mejor alternativa

Pese a que las organizaciones de consumidores denuncian constantemente las vulnerabilidades en las infraestructuras de ciertas plataformas comerciales, el intercambio de estos datos se sigue produciendo a espaldas del resto del mundo. Por eso, y dados los más que posibles beneficios económicos que reportan estas actividades poco éticas, las llamadas de spam van a convivir con nosotros mientras su nivel de intrusismo, ya de por sí elevado, no altere el ritmo normal de nuestras vidas. Al menos es lo que se desprende de los acuerdos alcanzados por las grandes corporaciones del panorama actual, que ponen trabas a la expansión de estas plataformas con cuentagotas.

La mejor alternativa de la que dispone el consumidor sigue siendo el bloqueo permanente de un teléfono en concreto, algo que no pone solución definitiva al problema que son las llamadas de spam pero que puede ayudar a mitigar sus molestos efectos en caso de recibir insistentemente una llamada de procedencia desconocida con fines puramente comerciales.

Aunque hay quienes tiran de imaginación para evitar dar respuesta a los teleoperadores que trabajan en estos servicios (cuando no son sistemas informáticos automatizados los que inician la llamada), las principales asociaciones de consumidores insisten en la importancia de denunciar estas tácticas abusivas para frenar la expansión de estas plataformas que, no cabe olvidar, operan al margen de la voluntad del consumidor. Es importante, en caso de formalizar una denuncia para dejar constancia de estas prácticas abusivas, indicar un nombre o razón social del servicio para iniciar un rastreo que permita dilucidar cuál es el origen de la llamada y, en caso de ser necesario, iniciar las pesquisas para determinar el origen de la adquisición de los datos personales de los que dispone la empresa.

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